El pasado 16 de abril, la Corte Suprema del Reino Unido emitió un fallo unánime que define legalmente a una mujer por su sexo biológico, excluyendo a las mujeres transgénero de esta categoría según la Ley de Igualdad de 2010. Esta decisión implica que, aunque las mujeres trans con un certificado de reconocimiento de género (CRG) tienen protección contra la discriminación en otros ámbitos, no son consideradas legalmente mujeres para efectos de acceso a espacios y servicios reservados a mujeres biológica.

Victoria McCloud, la primera jueza transgénero del Reino Unido, anunció que llevará este caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. McCloud argumenta que la Corte Suprema vulneró sus derechos al no permitirle presentar evidencia sobre cómo la sentencia afecta a las personas trans, violando el artículo 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos. “El Tribunal Supremo se negó a escucharme, o a escuchar mis pruebas, para proporcionarles información sobre el impacto en las personas trans afectadas por la sentencia y no dio ninguna razón”, dijo.

Añadió: “Esas son dos premisas básicas de la justicia normal. Había grupos de protesta que hablaban en nombre de las mujeres en este caso judicial, pero las mujeres corrientes no estaban realmente representadas en su conjunto. Las discapacidades no estaban representadas, y ahora vemos que los conservadores dicen que las mujeres trans tienen que usar el baño de discapacitados, lo que repercute en la vida de los discapacitados. No se han tenido en cuenta las repercusiones de todo esto”.

El fallo ha sido celebrado por grupos críticos con las políticas transgénero, quienes lo ven como una victoria para la protección de espacios de un solo sexo. Sin embargo, organizaciones de derechos trans, sindicatos y colectivos comunitarios han expresado preocupación por el impacto negativo que tendrá en la participación social y la seguridad de las personas trans. Se teme que esta exclusión legal pueda aumentar la discriminación y la marginación de esta comunidad.

La sentencia establece que la exclusión de personas trans de espacios de un solo sexo es legal siempre que sea “proporcionada”. Esta interpretación ha generado críticas por parte de médicos y asociaciones profesionales, como la Asociación Médica Británica, que calificaron el fallo de “científicamente ilógico” y “biológicamente insensato”. “Reconocemos como médicos que el sexo y el género son aspectos complejos y polifacéticos de la condición humana y tratar de imponer un binario rígido no tiene ninguna base en la ciencia o la medicina, además de ser activamente perjudicial para las personas transgénero y de género diverso”, dijo la declaración.

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