Turquía presentó recientemente un nuevo robot canino de combate llamado KOZ durante la Exposición Internacional de la Industria de Defensa 2025 (IDEF-2025). Este sistema terrestre no tripulado, desarrollado por la empresa Roketsan, puede transportar munición guiada y realizar misiones de ataque y reconocimiento en zonas de alto riesgo. Puede operar de forma autónoma o por control remoto, con una autonomía de hasta 2,5 horas, y está diseñado para proteger a los soldados manteniéndolos alejados del peligro directo.

El KOZ tiene un diseño de cuatro patas que le permite desplazarse por terrenos irregulares y accidentados, facilitando su estabilidad en diversas condiciones. Está enfocado en misiones de vigilancia, reconocimiento y asalto, especialmente en áreas donde la movilidad humana resulta complicada. Así, contribuye a reducir la exposición directa de las tropas a amenazas durante combates o actividades tácticas peligrosas.

Como si esto fuera poco, este robot puede cargar hasta cuatro misiles METE miniatura, guiados por láser, con un alcance entre 1000 y 1250 metros. Estas armas de precisión son similares a las que se utilizan en drones y permiten al KOZ atacar objetivos específicos con alta exactitud.

Además, puede transportar diferentes tipos de misiles guiados o equipo para labores de reconocimiento, demostrando su versatilidad en el campo de batalla.

Turquía viene invirtiendo fuertemente en tecnologías militares propias para aumentar su autosuficiencia. Hasta 2024, el país destinó USD $25.000 millones de dólares en defensa, y más del 80% de sus sistemas de defensa se fabrican localmente. Así, el robot KOZ es uno de los muchos desarrollos nacionales en un país que tiene el segundo ejército permanente más grande de la OTAN y que se posiciona como uno de los principales exportadores mundiales de armas.

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