Rusia y Ucrania acuerdan un nuevo intercambio de 6.000 prisioneros jóvenes, enfermos y heridos

Ucrania y Rusia alcanzaron este lunes en Estambul un acuerdo para realizar un intercambio masivo de prisioneros de guerra y cuerpos de soldados fallecidos, tras una nueva ronda de negociaciones de paz mediadas por Turquía. El pacto, confirmado por funcionarios de ambos países, contempla el canje de prisioneros gravemente heridos, enfermos y soldados jóvenes de entre 18 y 25 años, así como la repatriación de los restos de 6.000 combatientes de cada bando. El objetivo principal es aliviar el sufrimiento de los afectados directos por el conflicto y avanzar, aunque sea tímidamente, hacia un ambiente más propicio para el diálogo.
Según los reportes, la reunión, celebrada en el histórico Palacio Ciragan de Estambul, no fue sencilla. Las delegaciones, encabezadas por el ministro de Defensa ucraniano Rustem Umerov y el asesor del Kremlin Vladímir Medinski, intercambiaron propuestas de memorándum de paz, pero las posturas se mantuvieron distantes. Kiev insistió en un alto el fuego incondicional de 30 días y en el retorno de niños ucranianos trasladados a zonas bajo control ruso, mientras que Moscú evitó comprometerse con una tregua y centró su discurso en cuestiones territoriales y de seguridad.
En medio de estas tensiones, el acuerdo sobre los prisioneros y los cuerpos representa, al menos, un pequeño respiro humanitario. Umerov explicó que el intercambio se realizará bajo el formato “todos contra todos” para las categorías acordadas, priorizando a quienes más lo necesitan. Además, ambas partes aceptaron devolver los cadáveres de miles de soldados, un gesto que, aunque no resuelve el conflicto, puede aliviar el dolor de muchas familias que llevan años esperando noticias de sus seres queridos.
Ucrania entregó a Rusia una lista con centenares de niños que exige sean devueltos, alegando que fueron transferidos por la fuerza. La respuesta rusa fue fría y escéptica, negando los secuestros y asegurando que solo “evacuaron” a menores en peligro. Moscú ofreció devolver solo a diez niños antes del 10 de junio y afirmó que revisaría caso por caso, lejos de la demanda ucraniana de un retorno masivo e inmediato.
La situación en el terreno tampoco ayudó a calmar los ánimos. Durante el fin de semana previo a la reunión, Ucrania lanzó un ataque con drones contra aeródromos rusos, dañando varios bombarderos estratégicos, mientras que Rusia respondió con el mayor ataque de drones de toda la guerra, según fuentes ucranianas. Además, se reportaron ataques a infraestructuras ferroviarias en territorio ruso, con víctimas civiles, lo que añadió tensión y sospechas de sabotaje para influir en las negociaciones. A pesar de todo, las delegaciones dejaron la puerta abierta a una nueva ronda de conversaciones para finales de junio.
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