Review: Miley Cyrus, "Endless Summer Vacation"

Durante sus 16 años de carrera, Miley Cyrus se ha movido a menudo entre géneros. La ex heroína de Disney, que se convirtió en estrella mundial a los 12 años gracias a su papel en Hannah Montana, hace tiempo que se deshizo de su imagen de adolescente perfecta en una metamorfosis peróxida que parece buscar reinventarse constantemente, pasando del county al pop mainstream, y del trap al rock ochentoso. Esa eterna esquizofrenia de estrella del pop calibrada, que despliega una energía prodigiosa para presentarse como una mujer liberada, comprometida con las causas LGBTQI+, al tiempo que encarna en su figura perfecta los dictados que pesan sobre el cuerpo femenino, recorre su octavo álbum, Endless Summer Vacation, publicado hace algunos días. Flowers, el primer single, publicado el 13 de enero, anunciaba lo que estaba preparando: en un marco pop-funk absolutamente eficaz, la cantante salda las cuentas con su ex, el actor australiano Liam Hemsworth, y blande ante el infiel (la canción se publicó el día de su cumpleaños) su feroz independencia y su inquebrantable autoestima, declarando en un coro ya icónico: I can hold my own hand / Yeah, I can love me better than you can. El tema se convirtió en un gran éxito: número uno en todas las plataformas de streaming, cientos de millones de escuchas y semanas en el número uno de Billboard.

El título de Endless Summer Vacation evoca a los Beach Boys, a las playas de California y a las metáforas frutales que podemos encontrar en los besos de alguien. El octavo disco de Cyrus es una carta de amor a Los Ángeles, la ciudad a la que se mudó con su familia en 2005 cuando era una adolescente para interpretar el papel principal de la comedia juvenil que la hizo famosa. Ahora, en el Estado del Sol se recupera ahora del fracaso de su primer matrimonio, y un asunto así puede tomar un tiempo en superarse, como todos sabemos. Si no interminablemente, al menos durante los 40 minutos de su álbum dividido en dos partes, AM y PM. “Para mí, el AM representa la hora de la mañana, donde hay un zumbido y una energía y hay un potencial de nuevas posibilidades. Es un nuevo día”, explica Miley sobre la sparación. En cuanto a la parte PM, cuenta que “por la noche, se siente como si hubiera una suciedad y una especie de mugre, pero un glamour al mismo tiempo. Por la noche es un buen momento para descansar, para recuperarse. O es el momento de salir y experimentar el lado salvaje”. Con este contexto en mente, el resto del álbum sigue el camino del abismo y el renacimiento, pero pensar que su nuevo trabajo contiene una serie de canciones que siguen la misma dirección musical de Flowers sería malinterpretarla. A través de sus 12 pistas (13 si incluimos una versión despojada en demo de Flowers ofrecida como bonus), Endless Summer Vacation pone de relieve la ecléctica carrera de la mujer que publicó su primer álbum en 2007 con 14 años. La producción es tan colorida como una camisa hawaiana, y un productor en particular desempeña un papel clave: Kid Harpoon, el británico ganador de un Grammy que está detrás de Harry’s House de Harry Styles.

El disco se presta a llevarnos a un ambiente fresco de costa, sí. pero como explica la misma Miley, hay una nostalgia amarga en la música que solo puede experimentarse en, por ejemplo, el decrépito bar Viper Room de Sunset Strip. Las bebidas de colores sospechosos se mezclan con el olor a limpiador de baños, y con una banda de versiones con exceso de edad hace que estragos en la esquina delante de cinco clientes que beben para olvidar. La ahora treintañera de Nashville, capital de una música country de la que su padre y cantante, Billy Ray Cyrus, es un orgulloso representante, consigue sorprendernos gratamente cuando abraza melodías más sobrias o recurre a sus raíces, pero sobre todo por la honestidad que apunta más allá de la producción: la voz de Cyrus, con su bajo profundo y ronco, transmite un dolor sincero tras los excesos evidentes. En cuanto a la forma, el álbum crea canciones cuyos coros pueden ser retomados a voluntad por los internautas deseosos de gritar su sed de emancipación del yugo de las relaciones: En Jaded, Cyrus se preocupa por el peso de una relación pasada sobre la persona que una vez amó, mientras que en Rose Colored Lenses, describe una relación que le hace ver la vida de color rosa. En You, Miley canta sobre lo que quiere experimentar con la persona que ama, todas esas cosas que solo merecen la pena si solo está acompañada por esa persona que tanto desea tener a su lado. Más adelante, Muddy Feet es otra de esas canciones que manda de paseo a una ex pareja con una melodía pegajosa.

Endless Summer Vacation también nos trae excepciones a la fórmula; canciones que hacen que este álbum se mantenga perfectamente de principio a fin; esos momentos en los que Miley Cyrus deja aflorar su deseo de hacer música fuera de lo común. Aún así, esto está muy lejos de ser música experimental que solo un grupo selecto podría entender, pues nunca deja de ser accesible. Handstand inicia una serie de temas del álbum con ritmos ligeramente fuera de lo común. Sigue siendo pop, pero menos convencional. Los sintetizadores se sueltan el pelo, las melodías son pegadizas, psicodélicas. River recupera el synth pop de los años ochenta, mientras que en Violet Chemistry (con James Blake), vuelven los sintetizadores y, en mitad de la canción, la cantante se lanza a una estrofa que se acerca al rap. Mientras tanto, las colaboraciones cumplen al ser una buena compañía para Miley, aunque si somos sinceros, los temas hubiesen sonado igual de bien con Cyrus sola. En esta oportunidad, las invitadas son la gran Brandi Carlile en Thousand Miles, y Sia, quien hace gala de su voz en Muddy Feet. No habría sido sorprendente escuchar a alguien más en Island, que es de lejos la mejor del álbum de Cyrus.

La aventura vacacional de amores y desamores de Cyrus cierra con la balada a piano Wonder Woman, con sus acordes sencillos pero convincentes, en donde el disco nos ofrece un momento para elevarse, en el que la artista demuestra de lo que es capaz su voz. Con Endless Summer Vacation, la cantante encuentra un término medio, en el que cierra un capítulo (el de su matrimonio) a ritmo de synth pop rematado a veces con country o un toque psicodélico, a menudo tan simplista como efectivo, pero no hay forma de negarlo: el buen pop se caracteriza por su capacidad de conmover, y esto es lo que hace Cyrus en estas 10 canciones. Tras una sola escucha, la lista de canciones parece una reunión de clase llena de nombres familiares. Endless Summer Vacation es pop atemporal, agradablemente liberado de auto-tune y los habituales beats de trap. Nada recuerda aquí a los experimentos vanguardistas con los Flaming Lips: solo hay disco funk, suaves ritmos de reggaetón y un toque de country en cuanto a saltos de género. Ni siquiera los sintetizadores de James Blake sacan a la genial Violet Chemistry del camino del pop. Así, Miley Cyrus consigue hacer lo que es, en el mejor de los sentidos, un álbum de pop completamente normal. Tal vez es exactamente donde ella quería ir después de toda la agitación y todos los experimentos deliberadamente elegidos al margen: un lugar musical al que Miley Cyrus puede llamar su hogar. Puede que Miley esté curando sus heridas, pero Endless Summer Vacation no trata de saldar viejas cuentas. Se trata de una joven que ha seguido adelante, que valora su independencia y que siente que toma finalmente las riendas de su destino.

Escucha Endless Summer Vacation en su totalidad a continuación.