BROCKHAMPTON
The Family

La historia de BROCKHAMPTON se ha contado durante mucho tiempo como la historia de un fenómeno de Internet. Las numerosas ventajas que ofrece la red para los jóvenes músicos parecieron inspirar a la banda y hacerla crecer y crecer hasta llegar a los primeros puestos de las listas de éxitos estadounidenses y a los carteles de los festivales. Incluso sus inicios se remontan a un encuentro online: “¿Alguien quiere montar una banda?”, preguntó Kevin Abstract en marzo de 2011 en un foro online para fans de Kanye West. Todavía hoy se puede leer el post allí, que documenta la fundación de quizás el colectivo de rap más importante de los últimos diez años junto a Odd Future, del que surgieron Frank Ocean, Tyler, The Creator y Earl Sweatshirt, entre otros. De unas 40 personas iniciales motivadas que tenían ganas de formar una banda, al final quedó un núcleo de 13. La mayoría se mudó a un apartamento compartido en Los Ángeles y comenzó a grabar música o a dedicarse a otras actividades relacionadas con la agrupación: Uno rapeaba, otro cantaba, otro diseñaba gráficos, otro camisetas, y otro siempre llevaba una cámara encima para producir vídeos y documentar sus progresos.
En el apogeo de BROCKHAMPTON, el grupo era una fábrica creativa, y tan solo entre 2016 y 2021 publicaron siete álbumes, además de innumerables vídeos musicales de gran calidad. En todo momento, la música era un experimento continuo, en el que todos los miembros aportaban sus voces y estilos. Recuerdos de soledad, experiencias de acoso escolar y otras manifestaciones típicas de la angustia adolescente conectaron a los miembros tanto como su lugar de residencia compartido. Al mismo tiempo, la autodenominada boy band tenía un humor que nunca era misántropo, y negociaba cuestiones de sexualidad sin parecer brusco o misógino. Incluso Abstract se declaró como hombre gay. La franqueza con la que rapeaba al respecto era extraordinaria en el rap estadounidense. Sin embargo, con el éxito llegaron los conflictos. En 2018, el rapero Ameer Vann fue acusado de comportamiento manipulador y abuso por varias mujeres. Fue expulsado de la banda. El contacto continuado de Abstract con Vann, al que llamaba su mejor amigo, causó irritación fuera y conflictos dentro del grupo. Sin embargo, BROCKHAMPTON llegó a un acuerdo con la discográfica RCA, del grupo Sony, ese mismo año: USD $15 millones por seis álbumes en tres años.
Podíamos decir que lo sucedido con Vann marcó el principio del fin de BROCKHAMPTON. Desde el 2018 comenzó a darse un proceso de aislamiento dentro de la banda. Abstract se centró cada vez más en su carrera en solitario y descuidó el grupo; los éxitos se hicieron mayores, pero la boy band se separó. A principios de este año, cancelaron su gira mundial, anunciaron su separación y un último disco, y así tenemos en nuestras manos The Family, lanzado el 17 de noviembre, que es a la vez un acto de rebeldía y un álbum de ruptura. Abstract aparece en él como único rapero y reflexiona sobre el fracaso de su banda, el abandono de las amistades en favor de los negocios y las excesivas exigencias a la agrupación derivadas del acuerdo con RCA. En el tema Big Pussy, Abstract revela que la duración mínima contractual de The Family era de 35 minutos, y The Family dura 35 minutos y 24 segundos. Al escucharlos, el disco se siente como una tarea que nadie quiere hacer. Parece que no queda nada del entusiasmo y la ética de trabajo de los primeros tiempos de BROCKHAMPTON. La producción tiene ritmos imprecisos y sampleos de soul, breves interludios de jazz y mucho desgano. Al fin y al cabo, ¿cómo se supone que funciona una banda de chicos si sólo queda uno solo?
Por ende, The Family es un disco extraño. Un álbum conceptual sobre la ruptura del grupo de hip-hop, que suena más como el producto de una sesión de terapia que como una colección de canciones destinadas al público en general. Además, con la voz única de Abstract, parece más un álbum en solitario que un asunto familiar. Desde la ya mencionada Big Pussy hasta The Ending, muy pocas de las canciones se sienten accesibles. The Family está repleto de samples de soul acelerados de gente como Willie Hutch y James Carr, cambiados de tono para conseguir un efecto desorientador, con voces sampleadas que se salen del ritmo de los versos de Abstract. Los 808s fuertemente distorsionados y los repentinos estallidos de ruido blanco estropean canciones como Basement y Southside, mientras que otras construyen pistas de acompañamiento mínimas con poco más que percusión y voces en bucle. Incluso las canciones más afinadas de The Family parecen una declaración de ironía, con cambios repentinos de tono y textura, y pasajes melódicos o voces sustituidas por ruido o samples de voz. El álbum está tan fragmentado y tan decidido a renunciar a los placeres fáciles, con la mayoría de las canciones rondando la marca de los 90 segundos, que se siente como lo que es: un disco contractual para salir de un contrato y que la banda estaba obligado a lanzar. No hay placer, cohesión o alegría: es una despedida frustrante, como ver un globo que se desinfla poco a poco.
La idea de que la fama tiene más probabilidades de complicar (o crear) problemas en la vida de un artista que de llevarle a la felicidad es algo bastante trillado. Pero es raro escuchar un álbum entero dedicado al nivel de autocrítica de The Family. En The Ending, Abstract declara: This the most corrupted vision / I turned my friendship into a business into an empire. En la canción que da título al disco, Abstract reconoce sus propios sentimientos sobre los defectos de su banda, lamentando haberse convertido en portavoz de más de una docena de miembros. En el tema final, el acertado título BROCKHAMPTON, admite: I wish I knew the day that we signed that it would change shit antes de que la línea The show’s over, get out your seats nos de el portazo final a la carrera de este grupo. Para bien o para mal, The Family puede ser, paradójicamente, el esfuerzo más honesto de BROCKHAMPTON desde su debut, pero lamentablemente, se siente demasiado amargo.
Para los fans y no tan fans del grupo, es mejor recordar lo bueno ahondándose en lo mejor de su catálogo, cuando experimentaban de formas nuevas y más innovadoras, empujando los límites sónicos como una fuerza unida. Al fin y al cabo, por algo se ganaron su estatus de culto. The Family, como despedida, decepciona, pero tal vez sea mejor así: está claro que lo que BROCKHAMPTON representó había terminado hace un buen tiempo. Solo el tiempo dirá que les espera como solistas a los integrantes de esta familia que terminó rota, pero que recordaremos por su ingenio y por marcar la última década como nadie más en el hip-hop. Gracias por todo, BROCKHAMPTON.
Escucha The Family en su totalidad a continuación.
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