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Album Reviews

Björk

Fossora

Portda del álbum "Fossora" de Björk.
8.5
Words Mirangie Alayon

Parece mentira que ya hayan pasado cinco años desde que Björk dejara caer su disco Utopia del 2017, y es aún más difícil de creer todo lo que ha pasado desde entonces en cuanto a virus contagiosos, sucesos sociales, políticos y hasta climáticos. Durante este tiempo, parece haber cambiado un poco de dirección: dejó atrás a Londres y a Nueva York para regresar a su tierra natal, Islandia, en donde no solo pasó la pandemia, sino el dolor de la muerte de su madre, Hildur Rúna Hauksdóttir, quien dejó este plano en el 2018 tras una larga enfermedad, y dejando tras sí un legado en el que luchó incansablemente por la naturaleza virgen de Islandia. Hildur era un gran entusiasta de la medicina natural, y trabajaba en varios remedios no tradicionales. Así que la pérdida de su madre hizo que, de alguna manera, Björk cayera de su mundo etéreo con un golpe a la tierra.

Así que no es de extrañar que comenzara de nuevo desde el suelo, entre los hongos y las redes de micelio, esa que hace que se comuniquen con la naturaleza desde lo más profundo y de manera invisible. Fossora, su nuevo álbum de estudio, toma su nombre de la versión femenina de la palabra latina que significa cavador. En la portada, es una resplandeciente diosa del bosque, con manos que se funden en alma, corazón y ritmo con los fantásticos hongos que viven bajo su cuerpo. Con su décimo disco, Björk parece haber salido de su cueva para volver a ver la luz, con el pelo revuelto, las manos y las rodillas un poco sucias por la humedad del suelo, y una producción fértil en orquestaciones y áspera en ritmos. Tampoco se alejó mucho de casa: preparó este álbum con colaboradores mayoritariamente islandeses, entre los que se encuentran su hijo, Sindri Eldon, y su hija Ísadóra Bjarkardóttir Barney.

Fossora no es una producción pop, pero quien ha prestado atención a Björk en los últimos años, sabe que a estas alturas de su vida ya no le preocupan cuestiones tan prosaicas como los streams o las listas de éxitos. La carrera de Björk hace mucho tiempo tomó un camino alternativo, de una exploración sonora que refleje de alguna manera los sentimientos que esconde entre pecho y espalda, dándoles sentido en discos cada vez más experimentales y atípicos. Con este conocimiento, nos adentramos en Fossora como quien va por primera vez a un ritual de ayahuasca; con curiosidad, emoción y ganas de saber lo que nos espera del otro lado. En cualquier caso, no suena a pop en el sentido convencional, ni siquiera en su composición, pues Björk cuenta con el apoyo de dos productores de techno indonesios y un sexteto de clarinete bajo — incluso pidió a los clarinetistas que imaginaran que habían bebido exactamente un vaso y medio de vino tinto mientras tocaban en un bar de jazz del norte de Escandinavia en el año 2050.

Así que con esa vibra llegamos a la primera pista, Atopos, que abre el álbum como una rave de hongos que se prolonga hasta la pista Mycelia, una pieza instrumental, así como a la traviesa Fungal City, en donde los ritmos de Gabba Modus Operandi se funden con el delicado R&B experimental del productor estadounidense queer serpentwithfeet. Solo el tema que da título al disco se desprende por completo del sonido de Gabba hacia el final del mismo; por lo demás, dominan los clarinetes, las cuerdas, a veces punteadas, y las intrincadas líneas vocales. En Ancestress, Björk canta sobre su madre acompañada de cuerdas y gongs, que, sin embargo, no invocan los clichés sonoros obvios, como los violines tristes, sino que extraen su intensidad de timbres más bien abstractos en una épica de siete minutos. Freefall, pr su parte, es una tierna meditación con quinteto de cuerda, y Fagurt Er í Fjördum, la versión de Björk de una canción folclórica islandesa, se mueve de forma soñadora, mientras que en la comparativamente armónica Ovule, tal vez la canción más hermosa del álbum (con trombones y El Guincho), la islandesa vuelve a estar más cerca del punto en el que su música suena como si se cantara al viento a la orilla del mar, como una figura mítica y majestuosa.

Victimhood es una de las canciones más oscuras y viscerales del repertorio de la cantante islandesa, con el estruendo de un platillo en la apertura y el peso de las notas más graves que podría generar el conjunto de clarinetes Murmuri, que deja su huella en todo el álbum. El sonido de los clarinetes se entrecruzan, creando incómodas armonías, salvo la voz de Björk, que consigue navegar por la oscuridad de oído, guiada por los golpes apagados de la percusión sintética. Who am I that this is is has happened to? / Victimhood / Rejection it left a void that is never ever satisfied / Sunk into victimhood / Felt the world owed me love, canta Björk en el un coro desesperado. Los momentos de belleza inmediata, como el dúo folclórico con su hija Ísadóra Bjarkardóttir Barney, se alternan con los intrincados. Al final, nos quedamos con una producción exigente que tiene una simultaneidad de intensidad y distancia, de pop y experimento, de inmediatez y pensamiento conceptual, que quizás sea de alguna manera el núcleo de la obra de Björk.

En Fossora, Björk nos ofrece un álbum abrasivo, pero deslumbrantemente rico en sonido orquestal. Los ritmos juguetean con la música, los arreglos de viento insinúan melodías en lugar de arrastrarte inmediatamente. Muchas cosas siguen siendo fragmentarias, lo que hace de este disco algo más complicado que lo usual para nuestros oídos acostumbrados a las estructuras musicales del pop. La voz de Björk sigue siendo tan fuerte como siempre, pero su interpretación es más visceral, primero por los temas que aborda y luego por los arreglos, que hacen de Fossora su disco más elaborado, con las orquestaciones más pensadas y las estructuras más confusas. Es una experiencia exigente, pero cuyo corazón cargado de emoción puede conmovernos al explorar con una agudeza única la complejidad de los lazos que nos unen. No es cómodo, y tampoco está lleno de bangers, pero nos guía al alma de Björk como artista y su incansable búsqueda sonora a través de una innegable y particular belleza.

Escucha Fossora en su totalidad a continuación:

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