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Q&A con el fotógrafo Alejandro Cartagena: “No todo fue perfección en las tomas, hubo muchos errores para llegar allí”
"Carpoolers". Fotografía: Alejandro Cartagena

Q&A con el fotógrafo Alejandro Cartagena: “No todo fue perfección en las tomas, hubo muchos errores para llegar allí”

Words Mirangie Alayon

Vernos a nosotros mismos siempre es una aventura inesperada, especialmente cuando se trata de la fotografía, en donde siempre hay un punto de vista peculiar que nos permita descubrir algo diferente sobre algún aspecto humano, ya sea los rincones oscuros y rebeldes de Maša Stanić, las identidades de la Gen-Z con Winter Vandenbrink, o la cotidianidad sublime y ridícula de Martin Parr. En el caso del fotógrafo mexicano Alejandro Cartagena, a veces tienes que ver hacia abajo para ver la realidad de la ciudad, su crecimiento y su gente: ese es nudo narrativo de su reconocida serie Carpoolers, en donde terminó fotografiando desde un puente carriles de una autopista en Monterrey, y que terminaron llevándolo por un camino nuevo y satisfactorio: la visión de trabajadores comunes ordinarios en las partes traseras de camionetas mientras iban a trabajar.

Es una imagen que siempre vemos al cruzar la calle o al darle un vistazo a los vehículos que se encuentran al lado del nuestro; pero en Carpoolers, Cartagena casi reconfigura a trabajadores de la construcción o albañiles en tableaux casi salidos del renacimiento en encuadres perfectos vistos desde arriba: rodeados del caos en una cabina al aire libre, herramientas, trapos sucios, compañeros que los obligan a acomodarse como sardinas, o un periódico que los protege del sol. Son capturas de la cotidianidad y la humildad que vemos todos los días, y una manifestación de que también hay belleza en lo ordinario, tal como lo demuestra el resto de su trabajo.

Recientemente conversamos con Alejandro sobre el paisaje y el retrato como medio para examinar temas sociales, urbanos y medioambientales, así como de esta serie, sus orígenes, los retos logísticos y técnicos de ponerte sobre un puente para lograr una o dos fotos al día. También nos contó cómo la ciudad y la humanidad que habita en la misma se han convertido en su mayor inspiración, y explica cómo los ambiciosos y nuevos fotógrafos de hoy en día pueden destacarse dentro de la “diarrea digital” de Instagram.

“Me topé con esta vista. No era nueva para mí: mi abuelo trabajó en la construcción toda su vida, era albañil y él hacía eso; cuando era albañil le tocaba ir atrás y cuando ya le tocó ser maestro tenía su camioneta Ford y subía a los muchachos en la parte atrás, así que esta una actividad muy cercana a mi familia y lo vi muchas veces”.

"Carpoolers". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Carpoolers”. Fotografía: Alejandro Cartagena
"Carpoolers". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Carpoolers”. Fotografía: Alejandro Cartagena

Hola Alejandro, ¡muchas gracias por hablar con nosotros! Para comenzar, por favor preséntate a nuestros lectores y cuéntanos cómo terminaste enamorándote de la fotografía y desempeñándote en este campo.

Hola, ¿qué tal? Mi nombre es Alejandro Cartagena, soy de Monterrey, México y nacido en República Dominicana. Terminé en la fotografía por azares del destino; yo antes trabajaba en el servicio al cliente en restaurantes y en hoteles y empecé a trabajar en un archivo fotográfico en el 2004, y desde entonces no he dejado de trabajar en cosas de fotografías, he sido maestro, he dado clases en la universidad, he hecho talleres y conferencias, así como mucho muchísimo trabajo comercial. Principalmente trabajo en mis proyectos personales que los desarrollo como libros y exposiciones y los muestro a través del mundo en ferias, en museos y en galerías.

Hablemos de una de tus series más famosas y también hermosas, Carpoolers. ¿Cómo terminaste fotografiando vehículos desde un puente? ¿Cómo nació la idea?

Carpoolers es una serie consecuencia de varias series que vinieron antes, donde estaba explorando y fotografiando el crecimiento urbano del área metropolitana en Monterrey. Fue un proceso de más o menos cuatro años de estar documentando ese crecimiento y cómo se veían las causas y efectos de ese crecimiento. Una de las cosas que están pasando con este empuje masivo hacia la periferia de las ciudades por las nuevas viviendas era que se necesitaban medios de transportes eficientes hacia el centro de la ciudad, y desgraciadamente como en muchos países latinoamericanos, la obra pública para la infraestructura vial y la infraestructura de transporte público masivo a veces es complicada y lenta.

Entonces, lo que yo veía cuando documentaba las casas al principio era que gente se ponía de acuerdo para ir en carro hacia la ciudad. Cuatro años después tuve la suerte de toparme con con una vista donde podía ver a estos personajes viajando de esta manera y justamente estaba haciendo una investigación sobre cómo se usa el coche en la ciudad y me topé con esta vista. No era nueva para mí: mi abuelo trabajó en la construcción toda su vida, era albañil y él hacía eso; cuando era albañil le tocaba ir atrás y cuando ya le tocó ser maestro tenía su camioneta Ford y subía a los muchachos en la parte atrás, así que esta una actividad muy cercana a mi familia y lo vi muchas veces.

"Carpoolers". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Carpoolers”. Fotografía: Alejandro Cartagena

Una de las cosas más impresionantes de la serie es como todas parecen postales perfectas, pero logísticamente hablando, el proceso debe haber sido complicado. ¿Cómo lograste la uniformidad de las imágenes? Entre la velocidad y tu ubicación, imagino que usaste una cámara digital.

Sí, el proceso fue lento y complicado no solamente por la parte técnica, sino que también estábamos en medio de la guerra del narcotráfico en Monterrey. Entonces no podía andar solo. Salía con uno de mis asistentes, que más que ayudarme estaba a la vista de que no hubiera alguien sospechoso cercano a nosotros. Luego, técnicamente para hacer las imágenes nos parábamos en un puente peatonal que cruza una de las avenidas principales del área metropolitana. Esa es una autopista de cuatro carriles y escogíamos uno y pues simplemente esperaba. Esperaba a que que pasaran las camionetas. Sí sabía que de 7 a 9 de la mañana era el mejor momento porque es cuando van a trabajar los albañiles, entonces a veces tenía golpes de suerte que me tocaba con dos o tres camionetas con gente, pero la mayor parte del tiempo era nada, un vacío y esperar, y esperar, y esperar.

Fue el primer proyecto que hice con una cámara digital y me puse una regla de no usar las ráfagas fotográficas: no dejaba la cámara disparando, sino más bien era iba a tomar una o dos fotos máximo, y si salía, bien, y si no… pues ni modo. De hecho en el último libro que estoy sacando y que se llama Carpoolers Número Cuatro no solamente vas a ver las fotos buenas, sino todo lo que pasó alrededor de esas fotos: buenas fotos, con la calle vacía porque no tomé la foto a tiempo, fotos con camionetas cortadas, con barridos… entonces es un libro que le da le da un contexto a las fotos pues no todo fue perfección en las tomas, sino que hubo muchos errores para llegar allí, a lo que se ha visto más.

“Fue el primer proyecto que hice con una cámara digital y me puse una regla de no usar las ráfagas fotográficas: no dejaba la cámara disparando, sino más bien era iba a tomar una o dos fotos máximo, y si salía, bien, y si no… pues ni modo”.

"People of Suburbia". Fotografía: Alejandro Cartagena
“People of Suburbia”. Fotografía: Alejandro Cartagena
"People of Suburbia". Fotografía: Alejandro Cartagena
“People of Suburbia”. Fotografía: Alejandro Cartagena

¿Qué fue lo que más te sorprendió descubrir en esta colección de imágenes? ¿Te sorprendió tener una recepción tan positiva de esta serie?

Desde que vi las primeras dos fotos que hice en el verano del 2011, me sorprendieron. Había algo tan familiar pero tan estético que me atrajo, pero al mismo tiempo tenía mucho miedo porque era estilísticamente muy diferente a todos los proyectos que había hecho hasta ese momento. Aparte yo estaba tomando fotos con cámaras de gran formato y entonces era un proceso más lento y de repente cambiar a digital… además era casi una tipología de actividades de los trabajadores de la construcción. No estaba totalmente convencido, y de hecho descarté el proyecto por unos meses hasta que me di cuenta que tenía todo el sentido del mundo continuar con él porque porque ya había fotografiado las casas donde viven estos personajes, había fotografiado en los lugares a donde van a trabajar en el área rica del área metropolitana. Entonces este proyecto pasaba como una conexión conceptual entre diferentes partes de la gran idea que seguía explorando por casi 13 años que es el crecimiento urbano y sus consecuencias en nuestras vidas cotidianas.

Sí me sorprendió la recepción que tuvo el proyecto, y me enseñó muchísimas cosas acerca de la fotografía y a lo que la gente reacciona… y pues, sigue pasando: este trabajo lo expongo todos los años en festivales, sigo publicando nuevos libros sobre el proyecto porque hay mucho de qué hablar. Es algo tan sencillo, que creo que por eso es tan atractivo: porque permite empezar conversaciones de muchas ideas.

¿Qué artistas o fotógrafos dirían que han influenciado tu visión o tu práctica?

Me han influenciado muchísimos artistas y proyectos de artistas en general. Busco cosas que me que me hagan reflexionar acerca de quiénes somos como ciudadanos, quiénes somos como seres humanos. En cuanto a nombres específicos… la lista es infinita, pero sí me interesa ese compromiso en una obra de arte que no es una superficie nada más, sino que hay una superficie y luego hay una serie de capas que se van develando poco a poco y me van enseñando no solamente la aproximación estética, sino también la aproximación conceptual, la aproximación histórica de la pieza. Me atrae el arte que me haga pensar y que me emocione visualmente.

“Yo tengo la idea de que un proyecto fotográfico no se termina hasta que tiene una forma final donde se nota que alguien decidió cómo va empezar la lectura del trabajo y cómo va terminar esa lectura; entonces el libro no es que sea una cosa aparte, es más bien lo principal de mi trabajo”.

"Suburban Bus". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Suburban Bus”. Fotografía: Alejandro Cartagena

También eres conocido por hacer libros fotográficos, lo cual es un arte que no muchos aprecian en estos días. ¿Qué es lo más difícil de enfrentarse a un proyecto como este y desarrollarlo hasta el final?

Los libros son una gran oportunidad para desarrollar un proyecto hasta sus últimas consecuencias. Yo tengo la idea de que un proyecto fotográfico no se termina hasta que tiene una forma final donde se nota que alguien decidió cómo va empezar la lectura del trabajo y cómo va terminar esa lectura; entonces el libro no es que sea una cosa aparte, es más bien lo principal de mi trabajo. Me interesa eso, poder dejar esa sugerencia que así es cómo quiero que se vea el trabajo, así es cómo quiero que se lea el trabajo. Obviamente, la fotografía a pesar de ser muy específica es también muy abstracta, pero me gusta el reto de de poder intentar eso: sugerir una narrativa que empieza en un lugar y termina en otro lugar.

¿Qué consejo le ofreces a alguien que quiera comenzar en el mundo de la fotografía? ¿Cómo es posible distinguirse en una época tan visual y en la que a veces estamos abrumados de fotos, en especial en Instagram?

La fotografía sigue estando muy viva y muy activa. Sí, las redes sociales la han banalizado aún más, pero no creo que es algo nuevo. Hace 100 años justamente los fotógrafos profesionales se quejaban de Kodak, que inventó una camarita chiquita de 24 o 26 fotos; tú las tomabas, se las mandabas a Kodak en Nueva York, ellos las revelaban y te las mandaban a tu casa. Así, de repente todo el mundo tenía cámaras y todo el mundo podía hacer fotos. Hay artículos donde los fotógrafos profesionales ponían el grito en el cielo: “¡cómo es posible que se atrevan a decirse fotógrafos!”. Imagínate, eso fue hace 100 o 120 años, y ahora tenemos las redes sociales que vuelve hacer exactamente lo mismo: banalizar por completo la foto. En ese sentido observemos bien qué es lo que vemos allá afuera: no vemos pensamientos, vemos superficie… pura, pura superficie, diarrea digital: un exceso de imágenes que sumadas no dicen absolutamente nada.

Entonces, ¿cuál es la oportunidad para los nuevos creadores? Pensar qué es lo que te va a posicionar en la fotografía contemporánea; pensar antes de fotografiar qué es lo que quieres decir y cómo lo vas lo vas a lograr por medio del estilo fotográfico que usas, la cámara, cómo vas a secuenciar las imágenes. ¿Las vas a presentar en un libro, en una exposición? ¿Cómo te puedes nutrir de lo que ya se hizo para no volver a hacer lo mismo sino sumarle al diálogo? Entonces, sí hay oportunidad, pero requiere de un gran compromiso y de mucho sacrificio porque esto es un medio de mucho sacrificio.

“Entonces, ¿cuál es la oportunidad para los nuevos creadores? Pensar qué es lo que te va a posicionar en la fotografía contemporánea; pensar antes de fotografiar qué es lo que quieres decir y cómo lo vas lo vas a lograr por medio del estilo fotográfico que usas”.

"Suburban Bus". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Suburban Bus”. Fotografía: Alejandro Cartagena
"Suburban Bus". Fotografía: Alejandro Cartagena
“Suburban Bus”. Fotografía: Alejandro Cartagena

¿Qué significa la fotografía para ti?

La fotografía para mí significa una oportunidad para pensar en el mundo en el que vivimos; pensarnos como ciudadanos, pensarnos como parte de parte de la naturaleza. Entonces la foto es una excusa para eso.. y también es una excusa para ser curioso.

¿Cuál es la mejor foto que has tomado en tu vida? ¿Qué recuerdos te evoca?

La mejor foto que he tomado mi vida… no sé si si tengo una preferida. Sí tengo varias por ahí que tienen algo que me encanta. Tengo una colgada en la sala de mi casa que es de una chica tomando café en una tienda de conveniencia. Y en la parte de afuera hay un puente gigante como un segundo piso que es súper agresivo en el paisaje, pero ella está muy tranquila tomándose su café como si nada estuviera pasando allá afuera. Ese contraste entre la voracidad de la ciudad y la necesidad de transportación y de movimiento contra la quietud de un ser humano que simplemente se está tomando un descanso en su día a día… ese contraste me atrae mucho. Es una foto de casi de dos metros por un metro y medio que está aquí en mi sala y podría decir que es una de mis favoritas.

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