Prohibición de bloqueadores de pubertad causa daños “extensos” en jóvenes trans, según estudio

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Londres, liderado por la académica trans Natacha Kennedy y publicado en el Journal of Gender Studies, revela que la prohibición de bloqueadores de la pubertad para jóvenes transgénero en el sistema público de salud británico está causando daños “significativos, extensos y constantes” a niños y jóvenes trans. La investigación, basada en datos recogidos en otoño y entrevistas de principios de año, destaca el aumento alarmante de angustia mental en quienes se les niega el tratamiento, en contraste con la estabilidad previa descrita por sus familiares.
El gobierno del Reino Unido anunció en diciembre pasado la extensión indefinida de la prohibición de nuevas prescripciones de bloqueadores de la pubertad para jóvenes transgénero. La medida comenzó como una suspensión temporal en mayo del año anterior, buscando evitar lo que el gobierno considera un “riesgo inaceptable para la seguridad” de los pacientes. Sin embargo, sólo quienes ya tenían prescripción antes de la prohibición pueden continuar el tratamiento, mientras que quienes estaban en lista de espera solo acceden a través de ensayos clínicos.
Los resultados de la investigación muestran que los jóvenes trans que continúan con los bloqueadores presentan mejoras claras en su salud mental y calidad de vida, mientras que aquellos afectados por la prohibición han desarrollado síntomas graves como depresión, ansiedad, pensamientos suicidas y autolesiones. Una madre relató que su hija, privada del tratamiento, “sentía que la vida no valía la pena” y que la noticia fue un “shock terrible” que no pudo superar.
Los investigadores critican que la prohibición ignora el “balance de riesgos”, ya que omite el daño psicológico, físico y social severo y seguro que sufren los jóvenes trans al no recibir tratamiento. En sus palabras: “Aquellos que defienden la prohibición lo hacen bajo el argumento de proteger a los niños, pero la evidencia muestra claramente que no es así. Al contrario, la prohibición está causando un daño muy significativo”.
Pese a la controversia, no existe evidencia concluyente de que los bloqueadores de la pubertad sean dañinos; por el contrario, se consideran tratamientos seguros, efectivos y reversibles, con muy pocos casos de arrepentimiento entre los jóvenes que los utilizan. Aun así, el gobierno británico ha considerado extender la prohibición también a las prescripciones privadas, lo que podría limitar aún más el acceso a esta atención médica.
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