MOR.BO RIOT: Wet Leg, el dúo británico que reinventa el indie rock con desenfado y diversión

A menos que hayas estado viviendo bajo una roca, es imposible haber pasado el 2022 sin escuchar el tema Chaise Longue miles de veces: tu vecino, TikTok, la radio y las playlists indie de este año brillaron con esta rola de una banda bastante nueva que suena como si tuvieran al menos 10 años de éxitos. La canción en cuestión tiene todos los elementos inherentes a un hit: un riff identificable, un coro fácil de recordar y corear (On the chaise longue, all day long) y una dosis de guitarras y batería para satisfacer a los fans del indie rock adormecidos por los 90 y el rock de Pavement, The Breeders y Sonic Youth. Incluso Iggy Pop es un fan. Así que hoy, las protagonistas de nuestro RIOT de hoy es la banda Wet Leg.

Wet Leg está conformada por dos chicas (Rhian Teasdale, de 28 años, y Hester Chambers, de 27) de la Isla de Wight en Reino Unido. Formada en 2019 tras ver un concierto de IDLES cuando estaban en la universidad y reclutadas por el sello Domino, lanzaron su primer single, el pegadizo Chaise Longue, en junio de 2021, generando millones de escuchas en las plataformas de streaming. El lanzamiento de un segundo single — Wet Dream — el pasado mes de septiembre, las apariciones en televisión y el debut en una gira marcada por una serie de locales con las entradas agotadas no hicieron más que amplificar el hype sobre ellas, generando expectativas infladas en algunos y escepticismo en otros. Pero para Wet Leg, la idea es mantener una buena dosis de diversión, y ver la música como una forma de expresión en la que no hay que tomarse demasiado en serio: “Queremos divertirnos con Wet Leg, el lado de artista maldito no es realmente lo nuestro. Queremos hacer canciones pop”, dice el dúo a Les Inrocks en una entrevista. Sin embargo, las cifras de la banda no son una broma, ya que sus dos primeros temas han acumulado millones de streams en las plataformas musicales.

Su encuentro en la universidad fue primero un intercambio de cortesías, cuando una y su guitarra folk (Hester) le pide a la otra y su piano (Rhian) que la acompañe. Una ráfaga de GarageBand rabioso y el trabajo con un productor en sobremarcha (Dan Carey, el cincuentón gurú detrás de Fontaines D.C., Goat Girl o Squid) dieron una metamorfosis a las dos rockeras en alborotadoras punks. “Nos gustaba esta escena que gravitaba alrededor del sello de Dan, Speedy Wunderground”, subraya Hester. Fue él quien canalizó nuestras ideas, nos empujó a salir de nuestro caparazón y encontró el sonido que soñábamos. Cuando salió Chaise Longue y todo se volvió loco, menos mal que el disco ya estaba grabado, si no nos habríamos asustado”. Carey fue capaz de crear una envoltura sonora que se adapta al aspecto rebelde de las canciones de la banda, una especie de término medio entre un enfoque de DIY (bien plasmado en Chaise Longue, entre otros) y algo un poco más comercial y suave, que recuerda a las producciones de Franz Ferdinand (en temas como Oh No).

Musicalmente, Wet Leg se inspira en toda una ola de tendencias alternativas que han marcado los últimos 45 años. Hay influencias post-punk en las guitarras y los ritmos, pero envueltas en un barniz decididamente pop. También hay un toque indie slacker a lo Courtney Barnett o Pavement (particularmente evidente en temas como Convincing) combinado con letras semi-irónicas y semi-serias sobre estar en la veintena en la nueva tradición de cantantes pop como Olivia Rodrigo. Donde Teasdale y Chambers aciertan especialmente es en la fuerza de las melodías. Cada canción que hacen tienen tiene un coro pegadizo que no puedes dejar de tararear. Su tono casi despreocupado también funciona de maravilla con el tipo de ritmos contundentes y las variaciones de intensidad entre las diferentes secciones de sus temas, y podemos decir que la receta de su éxito es el amplio abanico de influencias del que se nutren. Tanto si se inspiran en el rock psicodélico de los años sesenta como en el britpop de los noventa a la Blur, las dos se aseguran de crear suficientes contrastes entre los temas para evitar que se les acuse de dormirse en los laureles.

“Es irónico que hayamos encontrado el mayor éxito que hemos tenido haciendo música una vez que decidimos que no íbamos a esforzarnos mucho”, dice Chambers en una entrevista con NME. Pero el hecho mismo de que Wet Leg volviera a llevar las cosas a un núcleo puro, razona su compañera de banda, es exactamente la razón por la que su música está conectando ahora con tanta gente. “Creo que hay más autenticidad si te diviertes”, reflexiona Teasdale. “Si voy a un concierto, no quiero ver a la gente haciendo un acto de estrella de rock; a veces puede ser bastante artificioso y la gente cree que tiene que ser de una determinada manera como músico”. Con Wet Leg, lo que ves es lo que obtienes: dos mejores amigas y su banda riéndose de esta extraña nueva vida, y de hecho, en su disco debut, crearon la banda sonora perfecta para atravesar la edad adulta con tu compañera favorita a tu lado. Ahora, están viviendo una versión hiperrealista de esa vida y se mantienen unidas con más fuerza que nunca. “Supongo que estar en una banda puede hacer o deshacer una amistad”, reflexiona Teasdale. “Pero nos mantenemos sólidas”.