Kamasi Washington, el chamán del saxo que revive el jazz con afrofuturismo y hip-hop

Para quien no esté sumergido entre los sonidos caóticos y poéticos del jazz, el nombre de Kamasi Washington quizás no sea muy conocido. Pero este angelino de 37 años de edad se sale del molde de lo que muchos se imaginan que es un músico de jazz. Entrar en el mundo de la música estaba casi predestinado: con un padre saxofonista y una madre flautista, cuando era apenas un niño comenzó a experimentar con instrumentos como el piano y la batería, antes de comenzar con el clarinete a los 11 años.
Aunque su instrumento favorito es el saxofón, la primera vez que tomó uno fue a los 13 años, y ya a los 15 era el saxofonista tenor principal de la Hamilton High School Music Academy en su Los Ángeles natal, y después de graduarse se fue a la UCLA para estudiar etnomusicología, pero también a comenzar su carrera: en el 2004 lanza su primer álbum homónimo con Young Jazz Giants, un cuarteto que formó con Cameron Graves y sus hermanos Ronald Bruner, Jr. y Stephen “Thundercat” Bruner, y que marcó un antes y un después, pues se convirtió en uno de esos músicos que nunca paraba de hacer shows.
Durante la siguiente década, colaboró con una impresionante variedad de artistas de varios géneros, incluyendo a Snoop Dogg, Raphael Saadiq, Gerald Wilson, Broken Bells y Flying Lotus, eso sin hablar de una serie de grabaciones en con agrupaciones de indie rock, jazz contemporáneo y progresivo, y música electrónica experimental, lo que nos da una idea de su talento y de su alcance.
Su gran break llegó en el 2015, cuando Washington contribuyó al icónico disco To Pimp a Butterfly de Kendrick Lamar (algo que repetiría en el 2017 con DAMN.), y finalmente debutó como solista en el LP The Epic, lanzado en el sello Brainfeeder de Flying Lotus, en donde durante casi tres horas se reunió con los Young Jazz Giants, así como con las agrupaciones The Next Step y West Coast Get Down para llevar a sus oyentes por un recorrido musical increíble que captó la atención de la crítica y de los fanáticos del género, que lo llevaron de gira hasta Europa y Japón. Run The Jewels, Ibeyi y Thundercat también se encuentran entre sus colaboradores.
Desde entonces, Washington es básicamente una de las figuras a las que se le ha atribuido el renacimiento del jazz en los últimos años, no solo por su increíble talento, sino también por su look: suele llevar puesta una túnica dashiki africana, anillos llamativos en casi todos sus dedos, y una variedad increíble de collares, y su trabajo con artistas contemporáneos ha ayudado a llevar a un género que muchos ven como purista y cerrado a una audiencia más joven, justamente porque trata temas actuales como la identidad negra estadounidense.
“Creo simplemente que la música es música, sin importar el género o el nombre que le pongamos. Es como si de repente le pusiera un nombre diferente a mi cabello, no va a hacerlo diferente, todavía va a ser mi pelo. Todas esta música y estos músicos con quienes trabajo forman parte de mi herencia, desde el jazz hasta el hip hop”.
Son justamente esas fusiones maximalistas lo que lo hacen tan atractivo sónicamente hablando. Este año dejó caer su álbum Heaven And Earth, que alanza casi las dos horas y medias de duración en 16 temas que exploran no solo un concepto afrofuturista, sino uno que combina el virtuosismo de su instrumento con un acercamiento al jazz que combina hip hop, electro-funk, improvisaciones salvajes y hasta el afrobeat tan atractivo de los nuevos colectivos musicales del Reino Unido y todo su background afrocaribeño.
Sorprendentemente, no es fanático del término “jazz” para describir su trabajo, aunque confiesa que es un punto de partida importante para hablar de sus influencias y de lo que busca hacer, pues considera que para que un disco sea bueno, no tiene que ser este secreto hecho en un cuarto pequeño y que solo pocos pueden entender. Para Kamasi, toda la música debe ser música pop, música popular, pues al final, todo lo que se hace hoy en día es una increíble mezcla étnica y cultural de diversos lugares del mundo, de diferentes vivencias y de puntos de vista, pero una en donde darle voz a su color de piel y a su identidad es vital.
“Es una realidad con la que vivo, una con la que he vivido desde antes de que existieran términos como Black Lives Matter, y que la gente negra alrededor del mundo ha vivido por demasiado tiempo, esta idea de que por wl color de tu piel tu vida no tiene tanto valor como el de otros, así que mi música representa quien soy. Cuando haces música, te metes dentro de tu corazón y lo viertes dentro de algo más, revelando algo de ti mismo”.
El próximo año, tenemos la fortuna y el privilegio de ver a Kamasi Washington en vivo en la edición 2019 del Festival Lollapalooza, en donde este músico, arreglista, compositor y multi-instrumentista estará dispuesto a llevarnos a su dimensión salvaje de ritmos, sentimientos y beats que representan lo que realmente es el jazz: ideas, creatividad y expresión con sonidos para elr ecuerdo.
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