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Lollapalooza Chile 2017: un resumen de 48 horas de música, delirio y adrenalina

Álex Anwandter / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante
Words Manuel San Martín H. Reading 18 minutos

Un fin de semana se hace muy poco para tomarle en un cien por ciento el gusto a las variaciones musicales que deja un festival como Lollapalooza. El tiempo pasa como si no se notara, mientras que a ratos pareciera que se detiene buscando esas nostalgias del pasado, en medio de mantitas y foodtrucks repartidos por todo el Parque O’Higgins.

Las sutilezas musicales se notan desde el primer comienzo, en situaciones tan simples como las pruebas de sonido y las críticas bajo el efecto de alguna sustancia estupefaciente que hacen profundizar aún más las ansias por esa banda de antaño o ese hit que hace perder la paciencia y colapsa las filas.

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El primer día, los pioneros fueron más aguerridos que estas bandas de toda una vida, pero no por eso mejor musicalmente, sino que en la forma en cómo se enfrentaron a una masa que los vitoreaba a cada momento y que no quería dejar espacios en blanco al momento de pedir otra canción.

La empatía y el drama de (Me Llamo) Sebastián

(Me Llamo) Sebastián / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

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Era su debut en Lollapalooza. Ya mor.bo pudo conversar con él tras su show de casi una hora, donde canciones como Las Polillas e Hijos del Peligro sonaron de manera casi melódica con las voces del público. Nadie quería perderse un show cargado por el drama, los recuerdos de infancia y la teatralidad absoluta a la que nos tiene acostumbrado “El Seba”, como le dicen de cariño sus fanáticos. Sin duda, un excelente pionero, de esos que no necesitan mayores presentaciones, porque con su talento lo dicen todo.

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PUMA marcó la pauta con una experiencia interactiva

Stand Puma / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

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Aprovechando la presencia de The Weeknd, su embajador de marca y director creativo, la marca deportiva PUMA hizo acto de presencia durante el fin de semana del festival con un stand interactivo que los distinguió como los sponsors oficiales de uno de los festivales más importantes del país. La marca fue tendencia en redes sociales con la etiqueta #PUMApalooza, con la que los asistentes pudieron compartir imágenes desde el Parque O’Higgins posando con una versión física del hashtag. El stand estuvo inspirado en su reciente colección femenina The Swan Pack Collection, inspirada en el ballet El Lago de los Cisnes. Los asistentes al festival tuvieron la oportunidad de ver a los artistas en escena desde un espacio privilegiado, en el que pudieron compartir con invitados embajadores de la marca tales como Federico Sánchez, la promesa del ballet chileno Naomi Escobar, CFunk y Augusto Schuster, así como ver de cerca algunas de las más recientes colecciones de PUMA, como The Swan Pack Collection y Run The Streets.

Destreza musical y simpleza instrumental: Silversun Pickups cumplió como nunca

Silversun Pickups

Silversun Pickups / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

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 La banda californiana se presentó en medio de guitarras rudas y con una fuerza inusitada para un día donde el pop fue mucho más marcado que este rock alternativo que nos entregó la banda de Brian y Nikki. Con éxitos como Better Nature, desprendido de su última producción de 2015, y los clásicos como Lazy Eye y Future Foe Scenarios dieron cátedra de indie rock, con la potencia de una batería que no dejó indiferente a nadie. La puesta en escena, como siempre marcada por la simpleza y elegancia, pasó a segundo plano entre los coros del público y los instrumentos que construyeron una atmósfera rockera en el Parque O’Higgins.

Psicodelia adolescente y energética en Glass Animals

Glass Animals

Glass Animals / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

La cosa era muy simple. Glass Animals llegaba a Lollapalooza en medio de la efervescencia adolescente y miradas que no entendían muy bien por qué tanta euforia por una banda mayoritariamente indie y con un dubstep en potencia que buscaba bajos donde no los había. El sonido de los ingleses se hizo presente en todo el show, con sintetizadores y guitarras armadas en medio de piropos a Dave Bayley, que no dejaba ningún espacio en blanco en su relación con el público: bailando, provocando histeria y desatando más de algún suspiro en la primera fila. Venían a presentar How to Be a Human Being, de la mano de éxitos como Youth y Life Itself, y se transformaron en una banda que cumplió en el primer día, y que ganó bastante en este festival: considerando que son uno de los exponentes del indie psicodélico, dejó buenos comentarios del público presente, que valoró un sonido cuidado y un gran manejo del escenario.

Euforia, descontrol y sudor: la revolución juvenil de DJ Who

DJ Who

DJ Who / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Todo partió muy arriba. Y es que el chileno DJ Who, que no suena como connacional, dejó altísima la vara de un hasta ahora, cabizbajo Lollapalooza Chile. Darse una vuelta por el backstage mientras el músico hacia su entrada al escenario era comprobar que las y los adolescentes en medio de la pista de baile no se controlarían con ningún beat y dejarían todo en la pista de baile. Chile con uno de sus mejores exponentes de la electrónica en este minuto es lo que pudimos comprobar en cada momento de un show de luces, energía y potencia espectacular. Good Times era ese caballito de batalla que agolpa todas las miradas en YouTube y que sí, necesitábamos ver en vivo. Descontrolados en la pista de baile, así estaban los cientos de fanáticos que repletaron el sector de cancha del recinto, y que no pretendían salir de ahí si no era con una euforia colectiva desatada que dejara coreándolos cada beat a lo largo de todo el espectáculo.

Británicos a más no poder: The 1975 y su cóctel de soft rock e indie

Eran un número muy esperado en la primera jornada. Venían de haber ganado un Brit Award en la última edición de estos premios a “Mejor Banda Británica”. Querían demostrarlo, y pese a algunas demoras en la aparición, lo hicieron. De la mano de éxitos como I like it when you sleep, for you are so beautiful yet so unaware of it y Love Me, dejaron un sitial muy marcado en elegancia indie, instrumentos agresivos, pero con acordes muy cuidados y una estética muy correcta. Es que los británicos tienen ese encanto tan particular, ese encanto que los hace parecer como si no sudaran nada sobre el escenario, pero se desenfrenaran a más no poder con esa energía musical que ansiábamos ver.

Tove Lo y ese derroche de sensualidad atmosférica en el escenario

Fanáticos o no, todos esperaban uno de los shows más comentados en Lollapalooza. Medios tradicionales, como siempre, con esa misoginia tan característica solo pusieron sus movimientos corporales y su diminuto outfit como principal éxito del show. Eso da rabia, exaspera, cuando se trata de una cantante que mezcla lo más sofisticado del pop y una electrónica que hace soñar. La sueca es realmente una oda a Europa y sus sonidos más efervescentes. Es catarsis en cada momento. Con una batería de éxitos que iban desde Cool Girl, Talking Body y Habits (Stay High), Tove Lo puso de manifiesto que tiene una calidad vocal impresionante, y que no necesita de mayores puestas en escena para derrochar un show absolutamente redondo. Con una voz limpia  y moviéndose al ritmo del electropop, nos encantó de principio a fin.

El universo más oscuro y minimalista que nos regaló The xx

The XX

The XX / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Los británicos y su artillería no paraban. El turno de The xx partió con varios minutos de demora, pero fue una espera que no importó nada con esa presentación entretenidaque nos entregaron la noche del sábado. Después de un día donde la temperatura iba bajando cada vez más en el recinto, los londinenses dieron cátedra de un indie espectacular: con esa oscuridad tan característica de la voz que atrapa y esa fuerza musical que queríamos ver en cada uno de sus instrumentos. Say Something Loving abrió los fuegos, y Dangerous y Hold On de su último disco pusieron de cabeza a un público que corrió a cada segundo para encontrar una posición que no los dejara tan lejos de una de las mejores bandas de los últimos tiempos: una que mezcla música, elegancia, puesta en escena y que alberga nostalgias del pasado. Esas que aparecen en Lollapalooza solamente.

Metallica comprobó en terreno que las leyendas vuelven con su mejor disfraz

Metallica

Metallica / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Lo de Metallica este sábado en la noche fue de una epopeya clásica: dieron en el clavo de un público que vino porque son el clásico necesario de su adolescencia, pero marcaron a otro público que no sabía de su existencia. Así, comprobaron que a pesar de ser una leyenda viviente en la música, pueden ponerse un disfraz que les queda perfecto para terminar seduciendo a otros públicos, más nuevos, más exigentes y donde importa demasiado cómo suenes en vivo.

Su presentación abrió con Hardwired, primer single de su último disco. A eso le siguió Atlas, Rise!, y momentos tan maravillosos y llenos de fuerza como Master of Puppets, coreadísima por cada una de las voces que estaba en el repleto público de esa fría noche.

A eso nos acostumbró Metallica, a sonar en vivo con una actitud absolutamente necesaria, arrogante y que entregará un show redondo, tal como los que hemos visto fuera de Chile. Un show donde significará más marcar pauta en todo un público, que quedarse anquilosados en un público clásico que ya los tiene como verdaderos dueños de casa.

Metallica volvió, hizo de las suyas y se instaló entre lo mejor de lo mejor de este 2017 en Chile. Porque a pesar de no tener la juventud y energía de antes, demostraron que están explorando posibilidades musicales que gustan no sólo de viejas leyendas y cassettes puestos a prueba, sino que se empapan de la modernidad musical que nos deja un público que se cautivó con el disfraz que Metallica no acostumbraba llevar, pero se puso sin imperfección.

Two Door Cinema Club

Two Door Cinema Club / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

En el segundo día del festival, el calor agobiaba un poco más: si el sábado fue un cielo más bien parcial el que le dio la bienvenida al público en el Parque O’Higgins, la jornada de domingo fue desértica. Parece que un día repleto de energía comenzaría, porque el sol impactaba y no solo en el público, sino que en la fuerza musical que se viviría con cada banda.

Lo que veríamos este domingo era una apología a la transversalidad. Muchos públicos, muchos sonidos y un ambiente bastante ecléctico, envuelto en un universo que no nos dejaba descansar mucho entre show y show. Esto, porque la inmediatez fue tal que las presentaciones partieron con más demora y la espera ya se hacía agotadora a ratos.

No obstante, fue una jornada mucho más sólida que la primera, con energía juvenil, discursos políticos y emblemas rockeros. Eso es lo que nos hace disfrutar el Lollapalooza, un ambiente donde no importa quién llegue, no importa quien venga, es sólo permanecer en un estado donde la conexión con nuestros recuerdos a través de los sonidos viaja más rápido que cualquier acorde.

Poderosas y alucinantes: Tegan and Sara y su apología al género

Tegan and Sara

Tegan and Sara / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Nos dieron una lección de feminismo y rudeza sobre el escenario. Tegan and Sara marcaron una jornada calurosa en Lollapalooza con un show donde la elegancia del electropop y los sonidos de sus sintetizadores nos transportaron a un mundo lleno de colores, formas y energía femenina. Las canadienses dieron una clase magistral de música y activismo en un solo escenario. Con algunas miradas que aún no conocían parte de su música, el resto del show solo bastó para dar por hecho que son una de las exponentes del indie más características si se trata de hablar de un discurso que ponga en evidencia, temáticas fuertes y concisas.

Boyfriend y Closer cerraron un show donde la potencia y el vigor musical se hicieron sentir en todo momento, y donde el recorrido musical no fue tan avasallador como lo que ellas mismas generaban en el público: un éxtasis por lo que proyectan y el cómo sus figuras encandilan no solo a aficionados al género más alternativo, sino de manera transversal a un público que solo quería verlas elaborar ese activismo al que ya nos acostumbraron.

La madurez de Alex Anwandter en un show donde sólo importó bailar

Álex Anwandter

Álex Anwandter / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Alex Anwandter está viviendo uno de sus mejores momentos musicales. Eso se notó en Lollapalooza, porque sabemos que el músico nacional está yendo en la dirección correcta. Tomando riesgos, sintiendo cada una de sus letras y dándole potencia a su música a un nivel en el que solo importe moverse y no parar de sentir la música.

No obstante, Alex es sabio y maduro políticamente hablando, también. Su show estuvo a ratos marcado, así como sus letras, por una clara tendencia a criticar los últimos gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, haciendo alusión que siempre se repiten izquierda y derecha política, en medio de consignas que el mismo llamó a manifestar bajo el lema:

“Bachelet, Piñera, Bachelet, Piñera”

Un show que hace de Alex uno de los mejores exponentes del pop nacional, en un escenario más grande, más maduro y con excelente acústica.

Su consigna musical partió con Amiga, desprendida de su último disco y donde su discurso hace fuerte hincapié en temáticas sociales, de género y usando a lo femenino como el futuro. Le siguieron Siempre es viernes en mi corazón y otras emblemáticas de su época en Teleradio Donoso, como Bailar y llorar y Amar en el campo.

Jimmy Eat World narró una historia donde la elegancia del rock se hizo poesía

Jimmy Eat World

Jimmy Eat World / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Casi contándonos un cuento con cada una de sus guitarras, Jimmy Eat World puso de cabeza a sus fanáticos en Lollapalooza, con un sonido rudo, acordes agresivos, pero que no caían en el cliché rockero, sino que eran una alternativa perfecta a sonidos mucho más elaborados, maduros y que evocaban momentos.

Los estadounidenses nos regalaron una sobredosis de rock alternativo con éxitos desde 1996, y canciones que se pasearon por los ya consolidados The Middle, Pain y Sweetness, que dejaron al público encandilado con el rock estadounidense, que se paseaba por la clásico en cada acorde, pero que tenía bastante más que entregar.

MØ y la arrogancia adolescente que necesitábamos para seguir amándola

MØ

MØ / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Tenía a cada uno de los asistentes a su show rendidos en su magistral clase de indie pop. De ese indie clásico que nos encanta, porque mezcla electrónica y nuevos sonidos más bailables. Por ello, la arrogancia de se notó con cada melodía. Una presentación acorde a lo que provocó: una multitud que sin saber si iba a deleitarse con un show de gran calidad vocal, quedó sin palabras con la impresionante puesta en escena de principio a fin.

El escenario se repletó no solo de fanáticos por MØ, sino de familias completas que querían escuchar su más pegajosa canción Final Song, pero que no preveían que se encontrarían con una batería de hits coreados, principalmente, por el público adolescente, pero marcados por una absoluta conexión con un sonido maduro en lo indie y la electrónica, que buscaban seguir dando cátedra en su presentación. Kamikaze y Drums también estuvieron dentro de los éxitos de la cantante danesa, que incluso se dio el tiempo de bajar al escenario, saludar al público y abrazar a su fanaticada que la deja como uno de los números más fuertes de este Lollapalooza Chile.

Duran Duran, el atardecer de los new romantic

Una de las bandas más influyentes de la década del 80 y 90 se las han ingeniado para estar vigentes y reinventarse con un sonido fresco y una propuesta vanguardista a través de los años. Con una selección de clásicos bajo el hombro, hicieron su debut donde no existió una barrera generacional: padres e hijos corearon Come Undone, Girls On Film o Hungry Like The Wolf, creando una atmósfera nostálgica. Una impecable voz de Simon Le Bon hizo derretir al público, la banda logró transmitir que la experiencia y el new romantic lo llevan en la sangre, y el cover de Space Oddity de Bowie erizó la piel del parque O’Higgins: a medida que sol se escondía, una ecléctica versión de Save a Prayer puso fin a una clase de asistencia obligatoria.

The Weeknd solo necesitó aparecer para entregar talento innato

The Weeknd

The Weeknd / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

Éxito seguro, sin duda una persona completamente inteligente, que sabe cómo reinventar su sonido, colaborar con maestros de la electrónica y lograr una fusión entre saber vender una imagen comercial y aun así ser adorable. Starboy lo comenzó todo, todo lo que le vino después fue demasiada energía, muchos gritos coreando Can’t Feel My Face, The Hills y In The Night, y una deslumbrante propuesta visual, donde el rojo invadió la mayoría de los teléfonos que inmortalizaron el debut en Chile de una de las esperanzas de la música comercial de esta década, The Weeknd, quien además lució zapatillas PUMA evoKNIT, marca alemana de la cual es embajador, y cuya colección se presentó en el stand de PUMA en el festival.

Un cierre alicaído y la poca potencia de The Strokes

The Strokes

The Strokes / Lollapalooza Chile 2017. Fotografía: Luis Bustamante

En 2001, The Strokes se apoderó del sonido del rock moderno con su álbum debut Is This It. Durante los años han fortalecido y reinventado un sonido particular dejando en claro que las expectativas de la banda están en siempre avanzar y no retroceder. Luego de 15 minutos de retraso, la impaciencia y molestia por parte del público se hizo notar, al momento de sonar las crudas guitarras de Soma, la voz de Julian Casablancas se apagó por completo. Era The Strokes sin Julian y un karaoke sin micrófono.

The Modern Age sufrió el mismo percance técnico que incomodó a la banda como también a los asistentes, pero fue un momento incomodo donde hubo que tomárselo con humor, no quedaba de otra. Cuando eres una de la bandas más influyentes de toda la generación del 2000 dar un buen espectáculo es obligatorio, un sonido mas crudo y una puesta en escena más vanguardista y menos desatada fue lo que presentó la banda: Reptilia y Last Night fueron el broche de oro. Sobre una multitud vitoreándolos y las dificultades técnicas ya corregidas, The Strokes cerraron una noche fría, llena de espasmos musicales y donde el público fue protagonista de dos jornadas absolutamente repletas.

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