La adicción a la pornografía online está siendo investigada por la ciencia

Un debate científico busca determinar si el consumo de pornografía en internet puede generar adicción y cómo afecta a diferentes personas, especialmente a niños y adolescentes. Investigadores analizan si su uso excesivo altera la vida diaria, las relaciones o la salud mental, aunque aún no hay consenso sobre su clasificación como trastorno. La preocupación crece mientras vemos cómo hay un mayor uso de pantallas y acceso a contenido sexual explícito.
Diversos especialistas señalan que, aunque el término “adicción” no ha sido oficialmente aceptado, sí se identifican casos de uso problemático de la pornografía. Este uso excesivo puede alterar la vida diaria y las relaciones personales, siendo muchas veces detectado por el propio individuo o por su entorno cercano. Investigaciones anteriores sugieren que factores como el conflicto moral, especialmente en personas con creencias religiosas, pueden influir en la percepción de tener un problema con el consumo de este tipo de material.
También es importante destacar que los efectos del consumo de pornografía varían según el tipo de contenido y las características de la persona que lo consume. Un estudio canadiense reciente encontró que quienes optan por pornografía de corte más romántico tienden a reportar mayor satisfacción sexual, mientras que el consumo de contenidos más duros o de control se asocia con menor satisfacción. Así, igual que ocurre con otros usos de pantallas, los distintos tipos de contenido pueden tener impactos diferenciados.
El psicólogo Alejandro Villena, investigador de la Universidad Internacional de La Rioja, indica que la mayoría de los diagnósticos por Trastornos por Comportamiento Sexual Compulsivo están vinculados al uso de pornografía. Según Villena, el llamado “Uso Problemático de la Pornografía” se diagnostica por síntomas como la ocupación excesiva de tiempo, la tolerancia, el síndrome de abstinencia y el impacto negativo en la vida personal, familiar o laboral. Además, estudios de neuroimagen han detectado mecanismos cerebrales similares a los de otras adicciones, lo que podría permitir aplicar estrategias de tratamiento ya conocidas en otros ámbitos.
Ignacio Obeso, investigador del Centro Internacional de Neurociencia Cajal, advierte que los efectos negativos de la pornografía son especialmente preocupantes en adolescentes, ya que pueden influir en sus actitudes y comportamientos sexuales. Obeso también señala que el consumo continuado puede provocar habituación y que el impacto varía según la presencia de otras patologías, como depresión o ansiedad. El principal indicador de gravedad es el efecto sobre las funciones diarias del individuo, y no existe un umbral universal para todos los casos.
Así que el debate sobre la adicción a la pornografía online sigue abierto, pero la evidencia científica señala que su impacto varía según el tipo de contenido, la frecuencia de consumo y las características individuales. Mientras surge un consenso en la investigación, es importante tener un acceso responsable a este material, proteger a los grupos más vulnerables y desarrollar estrategias basadas en datos para abordar los casos de uso problemático sin estigmatizar.
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