Decenas de miles de palestinos han comenzado a regresar al norte de Gaza después de que Israel abriera los puestos de control, lo que marca un momento significativo en el actual conflicto que ha desplazado a muchas personas durante más de un año. Este retorno, que tuvo lugar el lunes por la mañana, se produjo tras un frágil acuerdo de alto el fuego que permitió el regreso de la población a sus hogares, aunque en medio de una destrucción generalizada. Los informes indican que más de 200.000 personas cruzaron a la región en tan sólo unas horas, impulsadas por una mezcla de esperanza y aprensión sobre lo que encontrarían a su regreso. 

Para muchas familias que regresaban, el viaje de vuelta estaba cargado de peso emocional. Personas como Osama, padre de cinco hijos, expresaron su alivio por poder regresar a pesar de las ruinas que les esperaban. Afirmó en declaraciones a The Guardian: “Me late el corazón. Pensé que nunca volvería”. Al parecer, el deseo de recuperar sus tierras y establecer una cierta apariencia de normalidad era palpable entre quienes habían soportado meses de hacinamiento en los refugios del sur de Gaza.

Se había previsto que el retorno comenzara antes, pero se retrasó debido a las tensiones en torno a la liberación de los rehenes en manos de Hamás. Israel acusó al grupo militante de violar los acuerdos relativos al intercambio de rehenes, lo que contribuyó al aplazamiento de la apertura de los puestos de control. Sin embargo, tras intensas negociaciones, se llegó a un acuerdo que permitió la apertura de los pasos el lunes por la mañana. 

A medida que los palestinos se dirigían hacia el norte, se enfrentaban a la dura realidad de lo que habían dejado atrás. Muchos regresaron a casas que habían quedado muy dañadas o completamente destruidas. Los testigos describieron escenas de devastación a lo largo de las carreteras por las que viajaban, con familias que llevaban las pocas posesiones que les quedaban en bolsas de plástico o en carros improvisados. A pesar de estas dificultades, hubo momentos de alegría y reencuentro en los que las familias se abrazaron tras largas separaciones.

El contexto de este retorno es crítico; se produce tras un periodo marcado por graves crisis humanitarias y operaciones militares que han causado un gran número de víctimas y desplazamientos. La situación en Gaza ha sido terrible, y los informes indican que más de 47.000 palestinos han perdido la vida desde el inicio de las hostilidades en octubre de 2023. Mientras la población regresa al norte de Gaza, persiste la preocupación por la violencia y la posibilidad de nuevos conflictos.

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