Cuando Phoebe Bridgers comenzó a llamar la atención de las compañías discográficas en su adolescencia, la cantante y compositora quería sentirse fascinada por estar cumpliendo su sueño. En cambio, se sentía cada vez más frustrada por el proceso que conlleva firmar un contrato discográfico, pues no podía relacionarse con nadie. Un sello discográfico que no quiso nombrar, dice, le dijo que “tuiteara más seriamente”, sugiriendo que publicara letras de Elliot Smith; otro le ofreció un mísero adelanto de USD $10.000 por un contrato de 360, lo que significaba que la compañía discográfica reclamaría un porcentaje de todas las fuentes de ingresos, así lo comentó en una entrevista con Billboard.

No fue hasta que firmó con Dead Oceans, una subsidiaria de la compañía discográfica independiente Secretly Group, para su álbum debut de 2017 Stranger in the Alps que Bridgers sintió que había encontrado a su gente. Pero desde entonces, ha estado alimentando silenciosamente otra ambición: lanzar su propio sello, a través del cual podría promover a sus artistas favoritos sin descubrir y, lo que es más importante, ser esa asesora que siempre quiso tener cuando empezó su carrera.

Recientemente se dio a conocer que Phoebe creó su propio sello discográfico, Saddest Factory Records. El sello es una sociedad con Secretly Group, la compañía matriz de Dead Oceans, que ha lanzado sus dos álbumes de estudio. El nombre es un juego de palabras sobre “satisfactorio”, un término que se utiliza a menudo en los contratos de grabación, y Bridgers quería crear una forma de que los artistas sacaran su música sin mucha de la frustración que viene con el componente comercial de la industria de la música.

En un comunicado la cantante aseguró que el propósito de este sello disquero es claro: “buenas canciones sin importar el género”. Bridgers confirmó a Billboard que ya había firmado su primer acto, y que sería anunciado “en las próximas semanas”. “Siempre ha sido un sueño mío tener un sello, porque también soy una gran fan de la música”, dijo. “Sentí que si hay cosas geniales, quiero ponerlas en marcha y hacerlas llegar a la gente lo más rápido posible”.

Finalmente este anuncio se dio recientemente con la presentación con la presentación de Claud, unx artista pop originarix de Brooklyn quien es la primera persona en ser firmada por este sello discográfico y que estrenó su primer sencillo titulado Gold, junto con un muy colorido video.

En un comunicado de prensa, Claud dijo que esta canción trata sobre una relación que es como un “barco que se hunde” que se balancea hacia atrás y adelante en el tiempo con el mar. “Sabes que te estás hundiendo pero al mismo tiempo estás hipnotizado por la forma en que el barco se sincroniza con el mar”, dice. Explica que la sociedad es “tan cansada y tan vieja”, es comparable a una pieza de oro que comienza a oxidarse, lo cual “no es científicamente posible”, añade. Claud transmite este sentido de empuje y atracción entre los dos amantes, cuando canta: “Me gusta mi paz/te gusta pelear/te gusta alcanzar/te agarras fuerte”.

El video musical, dirigido por Christina Xing, también trata de “contradicciones”. En el clip surrealista, Claud se une a una clase llena de figuras míticas (como una bruja, el hada de los dientes, una sirena, y más) mientras el profesor intenta forzarlas a “asimilarse” a la normalidad. Finalmente, el grupo de personajes se rebela contra el adulto, lanzándose pastel unos a otros y entrando en una caótica fiesta de baile.

El hecho de que Claud sea unx artista no binarix demuestra el propósito y la visión que tiene Phoebe con su sello discográfico, ser el vehículo para que sus artistas puedan expresar todo su arte a plenitud, sin tener que responder a etiquetas o cumplir con lo que el status quo de la industria establece. Sin duda estas son buenas noticias para la industria en general, la apertura de más oportunidades y espacios para los artistas queer es una tarea pendiente en la actualidad, por lo que hay que celebrar que existan espacios en los que la prioridad sea el arte por encima de cualquier otro requerimiento.

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El ser una artista independiente le permitió a Bridgers tener más tiempo para poder desarrollar sus ideas con total libertad y a plenitud, esa misma oportunidad es la que ella desea brindarle a todos sus artistas, con la diferencia de que tendrán detrás a una compañía apoyándolos y brindándoles todas las oportunidades que se les pueden presentar a un talento cuando cuenta con un equipo.

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