A 2 días de la marcha del Orgullo de Budapest, el desfile se mantiene a pesar del miedo

El gobierno de Hungría informó esta semana a los embajadores de la Unión Europea y a su personal que no asistan a la marcha del Orgullo prevista para este sábado en Budapest, debido a que la policía ha prohibido oficialmente el evento. En una carta firmada por el ministro de Justicia, Bence Tuzson, y fechada el martes, se señala que la manifestación está legalmente prohibida y que participar en ella constituye una infracción. La prohibición se basa en una legislación reciente que prohíbe la “promoción” de relaciones entre personas del mismo sexo a menores de 18 años.
Por su parte, los organizadores del Orgullo han respondido con una carta dirigida a las embajadas, en la que insisten en que la policía no tiene autoridad para prohibir la marcha, que está organizada por el ayuntamiento de Budapest. Viktoria Radvanyi, presidenta de Budapest Pride, afirmó: “El desfile del Orgullo no está ni prohibido ni es ilegal” y aseguró que seguirán trabajando para que el evento se realice en un ambiente seguro.
Desde que Viktor Orbán regresó al poder en 2010, Hungría ha aprobado una serie de leyes que han sido criticadas tanto dentro del país como en la Unión Europea por restringir los derechos del colectivo LGBTQI+ bajo el argumento de proteger a los niños. La prohibición de la marcha se enmarca en estas medidas, que han generado un fuerte conflicto social y político.
El alcalde de Budapest ha desafiado la orden policial, declarando que la policía no tiene derecho a prohibir un evento organizado por el ayuntamiento y prometiendo que la marcha se realizará según lo planeado. Esta disputa ha provocado protestas en el país y ha atraído la atención de varios miembros del Parlamento Europeo, que han anunciado su intención de asistir a la manifestación.
La comisaria europea de Igualdad, Hadja Lahbib, anunció que llegará a Budapest el viernes y podría participar en la marcha, al igual que ministros de varios países de la UE, según los organizadores. Sin embargo, quienes asistan a la marcha podrían enfrentar multas de hasta EUR €500 y la policía podría utilizar tecnología de reconocimiento facial para identificarlos. Los organizadores, por su parte, arriesgan una condena de hasta un año de prisión. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha pedido a las autoridades húngaras que revoquen la prohibición y que no sancionen a los organizadores ni a los participantes. En un mensaje en la red social X, se declaró aliada del colectivo LGBTQI+ y escribió: “Hago un llamado a las autoridades húngaras para que permitan que el Orgullo de Budapest se lleve a cabo”.
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