5 maneras de entender mejor la asexualidad

La gran Morticia Addams tiene una excelente frase: “Lo normal es una ilusión. Lo que es normal para la araña es un caos para la mosca”. En este mundo, ser sexual se considera lo normal, pero eso no es la norma para todes, en especial para las personas asexuales, que suelen cuestionarse no solo a sí mismas, sino también por el mundo que las rodea. Hay gente que no cree que la asexualidad sea real, y eso hace que la experiencia de navegar por nuestra sociedad heteronormativa e hipersexualizada como persona asexual sea aún más difícil: les asexuales pasan buena parte de su vida luchando contra las ideas erróneas al respecto.
A pesar de que la gente es cada vez más consciente de las identidades LGBTQI+, la asexualidad sigue siendo poco conocida. Hasta hace poco, mucha gente asumía que todo el mundo se sentía atraído sexualmente por alguien. Pero en realidad, algunas personas no experimentan atracción sexual. La verdad es que el 1% de la población mundial es asexual, y eso significa que tal vez nunca exista esa pareja que logre cambiar esa falta de atracción sexual o de deseo sexual porque, sencillamente, no hay nada que arreglar. A continuación, te ofrecemos una breve guía para entender más sobre la asexualidad, y las personas “as”.
1. Así se define la asexualidad
El Instituto Superior de Estudios Psicológicos de España define la asexualidad como “un tipo de orientación sexual hacia nadie, es decir, la persona asexual no siente atracción sexual por otros, pero sí que puede sentir el resto de atracciones, como por ejemplo la romántica, la intelectual”. Las personas que se identifican como asexuales pueden practicar la autosexualidad (o masturbación), pero no sentirse sexualmente atraídas por otra persona. También pueden disfrutar teniendo sexo pero no impulsado por el deseo sexual, sino por la sensación física, ver el placer de su pareja, o sentirse emocionalmente cercanos a elle. Es posible encontrar a asexuales en relaciones más abiertas en donde “permitan que su pareja sexual se acueste con otras personas y otros tantos prefieren no tener pareja si el otro no es asexual también”. Ser asexual es normal, y no hay nada malo en serlo. Algunes nunca sienten un deseo de intimidad sexual. Si este es tu caso, no te preocupes y asúmelo. Solo asegúrate de tener la honestidad por delante al respecto del tema con cualquier potencial pareja romántica para que las expectativas de todas las partes estén claras.
2. Funciona en un amplio espectro
La asexualidad existe en un espectro que va desde “ningún interés o sentimiento sexual en absoluto” hasta “tal vez sexo en circunstancias muy específicas”. Puede que la idea de las relaciones románticas no le interese a alguien asexual, o que sienta poco deseo o interés, o que por el contrario, quiera una relación romántica. Lo cierto es que no hay una identidad única: una persona panromántica, por ejemplo, está abierta a las relaciones románticas con cualquier género, y puede no experimentar atracción sexual. Les demisexuales siguen experimentando atracción sexual, pero de una forma que se centra en las emociones más que en la lujuria; mientras que les grisexuales a veces sienten atracción sexual, pero no siempre. Así que algunas personas pueden sentirse más cómodas diciendo que están en el espectro asexual que clasificándose a sí mismas como asexuales, ya que deja espacio para diferentes tonalidades de la identidad.
3. La asexualidad no está desligada del amor
Una idea errónea muy extendida es que las personas asexuales no pueden enamorarse, pero les aseguramos que sí pueden hacerlo. Recordemos que el sexo no siempre equivale al amor, y este no representa necesariamente una expresión de amor. Alguien que no tiende a enamorarse es más probable que se denomine a sí mismo como aromántico. Algunas personas asexuales mantienen relaciones románticas perfectamente saludables y otras tienen relaciones sexuales con sus parejas de vez en cuando. Como les explicamos arriba, todo está en un espectro. Una persona asexual puede sentirse atraída románticamente por personas de su mismo género, por personas de otro género o por personas de múltiples géneros, sin importar si son también asexuales o no.
4. La diferencia entre asexualidad, libido baja, abstinencia y celibato
Algunas personas pueden preguntarse tras experimentar una libido más baja de lo habitual (o si dejan de tener deseos de tener sexo) si son asexuales. La diferencia clave entre ser asexual y tener una libido más baja es si sientes que esta falta de interés en el sexo es el núcleo de lo que eres o simplemente un reto al que te enfrentas. Sentir que no puedes excitarte (aunque lo desees) suele estar relacionado con un problema médico, psicológico o relacional que la gente puede solucionar, mientras que la asexualidad es un rasgo intrínseco que no puedes cambiar. Así, si tienes la libido baja sigues sintiendo interés o atracción, pero tu deseo está bajo y te hace sentir incomodidad; pero si eres asexual, probablemente sientas comodidad y no preocupación al respecto. De igual manera, la abstinencia sexual y el celibato son decisiones personales; la asexualidad no.
5. Algunas señales que pueden indicar la asexualidad
Lo más importante con respecto a esto es que no hay un test que puedas hacer, y que la asexualidad no es un diagnóstico, sino una identidad: you were born this way, baby. Sin embargo, hay algunas preguntas que puedes hacerte para evaluarte y ver si te alineas con las características asexuales comunes. Pregúntate: ¿Experimento la atracción sexual?, ¿Siento la necesidad de interesarme por el sexo porque es lo que se espera de mí?, ¿Es el sexo importante para mí?, ¿Veo a personas atractivas y siento la necesidad de tener sexo con ellas?, ¿Influye el sexo en tu vida?. No hay una respuesta “correcta” o “incorrecta” aquí, pero estas preguntas pueden ayudarte a pensar en tu sexualidad y en si puedes ser asexual o no. También es bueno consultar foros o websites donde puedas conversar con otras personas que también se identifiquen como asexuales. Y recuerda: lo que sientes y experimentas es válido, y no hay apuros cuando se trata de nuestra identidad sexual. Tómate tu tiempo.
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